viernes, 18 de junio de 2010

Al cerrar mis ojos y escuchar el sonido de la lluvia pienso por unos segundos que estoy recostada en mi cama esperando a que llegue mi hermana, o esperar una llamada para salir a caminar bajo la lluvia...
Acá no llueve con la misma intensidad, pero es suficiente para que mi corazón sienta la melancolía.

Los recuerdos de mis tardes de viernes lluviosos.

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